Llega la fiebre del oro espacial
Como es sabido, todo el oro que se encuentra en la Tierra proviene de cataclismos cósmicos que tuvieron lugar hace miles de millones de años. No sólo el oro, sino también otros elementos fundamentales para nuestro desarrollo económico y tecnológico, como el platino, el cobalto y el hierro, entre otros, tuvieron su origen en remotas lluvias de meteoritos.
Se estima que un solo asteroide de 500 metros cúbicos podría albergar todo el platino obtenido en la superficie terrestre a lo largo de toda su historia.
Desde hace muchos años se habla de la minería de asteroides. ¿Es posible la explotación minera de estos astros? Hay empresas que ya han desarrollado este tipo de proyectos. Nuestros recursos son limitados y los cuerpos celestes que gravitan alrededor de nuestro planeta pueden resultar fuentes de riqueza poco menos que inagotables.
El pasado 25 de noviembre el presidente de Estados Unidos Barack Obama aprobó la llamada “Ley del espacio” que promueve la exploración privada del espacio. Dicha ley incluye un apartado que permite la privatización de asteroides por parte de empresas que cuenten con la tecnología necesaria para realizar la explotación de estos cuerpos celestes.
La ley también marca que el gobierno no podrá interferir en esta explotación. Todo aquel que sea capaz de obtener recursos de un asteroide tiene todos los derechos para “poseer, transportar, usar y vender” ese recurso. Estados Unidos tampoco se reserva derechos de soberanía, dado que lo prohíbe el “Tratado Internacional del Espacio Exterior”.
Las empresas pioneras en este tipo de minería, como Planetary resources (entre cuyos fundadores se encuentran el director de cine James Cameron y Larry Page, jefe ejecutivo de Google) o Deep Space Industries han celebrado esta nueva legislación que puede abrir la veda para una nueva fiebre del oro espacial.
Está previsto que las primeras misiones, que probablemente se extenderán durante un par de años, se programen para 2017. Antes de eso debe verificarse la información al respecto de alrededor de 1.500 asteroides registrados por la NASA y calificados de fácil acceso, de los que se considera que el 10% poseen recursos minerales.
En cuanto a las perspectivas de negocio, este mercado debería alcanzar los 3.000 millones de dólares en un plazo de 15 años, según han declarado las dos compañías citadas.
Ambas van empezar a explotar el agua, que se encuentra en forma de glaciares en los asteroides cercanos a nuestro planeta, con el fin de aprovisionar a las naves espaciales, que obtendrían combustible a partir del hidrógeno.
John Lewis, investigador y jefe científico de Deep Space Industries ha declarado: "Es posible que podamos transportar agua y combustible a altitudes como en la que se encuentra la Estación Espacial Internacional a coste más bajo que lo que supone propulsarlos desde la superficie de la Tierra".