Las utilidades del oro parecen no conocer límites, incluso las que se extienden al campo de la ciencia. Se ha experimentado con el oro en técnicas de cirugía estética, en el terreno de la salud dental, la salud cardíaca, la cosmética, se ha utilizado en casi todos los dispositivos electrónicos y ordenadores; también en naves espaciales y aviones a reacción, satélites, en el campo de la fotografía, para las medallas obtenidas por los vencedores en las competiciones deportivas, en la conductividad eléctrica… A todas estas posibilidades y algunas más, unas implantadas con más éxito y otras con menos, hay que añadir otro posible nuevo uso con fines médicos.